El ministro del Interior húngaro, Sándor Pinté, ha firmado un decreto por el que se modifica la Ley de protección de la vida fetal en el país centroeuropeo. El escrito ministerial ha añadido un nuevo requisito al formulario de solicitud de aborto.
La novedad es que, a partir de ahora, las mujeres que quieran acabar con la vida de su hijo en el vientre deberán presentar un documento emitido por un ginecólogo que certifique que se les ha presentado una clara “identificación de los signos vitales del feto”, informó Mandiner, un sitio de noticias políticas húngaras, según recoge Hungary Today.
La “identificación de los signos vitales del feto” significa, básicamente, escuchar el latido del corazón del feto. Esto significa que, en virtud de la normativa vigente a partir del 15 de septiembre, el aborto en Hungría estará sujeto a que las mujeres que quieran realizarlo escuchen antes los latidos del corazón de sus hijos no nacidos.
Telex, un medio de comunicación húngaro, ha escrito al Ministerio del Interior preguntando si así deberían actuar los médicos en el futuro. El Ministerio respondió revelando que el Colegio de Profesionales de la Salud había adoptado una nueva directriz sobre la determinación y clasificación del riesgo de embarazo vivo intrauterino.
“La investigación muestra que casi dos tercios de los húngaros asocian el comienzo de la vida de un niño con el primer latido del corazón. Los latidos del corazón se pueden detectar temprano en el embarazo utilizando herramientas modernas, y la guía recomienda una gama más completa de información para las mujeres embarazadas”, se lee en el comunicado.
El Gobierno de Orbán, que estrenó en abril su cuarto mandato consecutivo, se ha caracterizado por fomentar políticas en favor de la natalidad y la familia, dedicando un 5% del Producto Interior Bruto (PIB) del país a políticas que fomentan la familia. El Gobierno Húngaro ha lanzado medidas tales como préstamos en condiciones ventajosas para los padres o la devolución del 100% de los impuestos a las familias con hijos.
Ahora el Gobierno Húngaro da también un paso decisivo para poner coto a la tragedia del aborto. Las normas actuales en Hungría permiten abortar hasta la semana 12 de embarazo, con la introducción de esta norma , las madres podrán escuchar el latido de sus hijos antes de decidir sobre el aborto . Sin duda la vida todavía significa mucho en Hungría y One of Us aplaude este apoyo y ayuda a la mujer en su maternidad y la protección al ser humano no nacido pero vivo . Porque las mujeres merecen conocer y escuchar cómo late el corazón de sus hijos. La prensa pro abortista y los lobbies pro aborto ya han calificado este decreto como la obligación de la mujer a escuchar el latido de su hijo , como si el conocimiento de la verdad tuviera que ser ocultado a las madres . No todo vale para justificar el aborto