Dr. D. Enrique Burguete Miguel. Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia, San Vicente Mártir.
Antes de comenzar mi intervención, permítanme significar el reconocimiento del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia a la iniciativa ciudadana One of Us, que desde la firme defensa de la vida, impulsa los valores cristianos que estuvieron presentes en la fundación de la Unión Europea.
Permítanme agradecer también a Doña Ana del Pino, Coordinadora ejecutiva de esta Federación, su invitación a participar en la Asamblea que se celebra con motivo de la VIII semana por la vida en el Parlamento Europeo.
Hago extensivos mis agradecimientos al Grupo de Bioética y a los Eurodiputados que dispensan este espacio a One of Us, con especial mención a D. Miroslav Mikolasik, a quien tanto debe la organización de este evento. Por último, permítanme que para facilitar la traducción simultánea y para ajustarme al tiempo establecido, me ciña a un guión escrito.
PONENCIA
En el trasfondo de la jornada que celebramos, subyace la reflexión sobre los riesgos que conlleva el abandono de nuestro modelo de desarrollo a la compulsión técnica. El despliegue de los avances científico-técnicos en áreas como la ingeniería genética y la biotecnología ha ampliado, ciertamente, el horizonte de nuestros fines. Pero también ha incrementado la magnitud de unos efectos colaterales que podrían, incluso, desplazar la naturaleza humana hasta la irrelevancia.
En lo que sigue, abordaré esta cuestión desde la perspectiva de la Bioética. No me detendré, por tanto, a valorar los desafíos fiscales, sociolaborales y jurídicos, que plantea el tránsito de la fuerza del trabajo desde lo humano hasta lo artificial. Estas cuestiones figuran ya en sus agendas y serán tratadas, estoy convencido de ello, en su momento preciso. Lo que me propongo ahora es, más bien, subrayar los indicios que apuntan al deslizamiento de Europa hacia la distopía transhumanista.
Hoy, en efecto, no es difícil encontrar propuestas que instan a la regulación jurídica de la «calidad» de la vida humana, devolviendo al discurso conceptos tan excluyentes como los de «vida digna» y «vida indigna» de ser vivida. También, y paradójicamente, encontramos a quien reclama un estatus legal para la persona electrónica, mientras se consiente, por ejemplo, la colonización del blastocito de animales de granja con células humanas embrionarias para producir quimeras, o se extiende la utilización del aborto como herramienta para la ingeniería social.
Puede seguir leyendo la ponencia del Dr Burguete en este enlace.
Puede descargar la ponencia sobre Feminismo y Robótica de la Dra Laetitia Pouliquen en este enlace.