El presidente ya había bloqueado una versión anterior de la ley al enviarla al Tribunal Constitucional para que la revisase y los jueces terminaron vetándola, al considerar que algunos conceptos eran «imprecisos».
El Parlamento aprobó una nueva versión del documento el pasado 5 de noviembre, pero el jefe del Estado tampoco la ha promulgado.
Rebelo de Sousa solicitó esta vez a la Cámara que aclare dos cuestiones.
Por un lado, refiere que se esclarezca «lo que parecen ser contradicciones» en el texto sobre las causas por las que se puede recurrir a la eutanasia.
El presidente señala que en una parte del texto se exige que haya una «enfermedad fatal», como ya se recogía en la primera versión de la ley, pero en otras añade, en esta nueva versión, que también se puede aplicar en casos de «enfermedad incurable», aunque no sea fatal, y «enfermedad grave».
«El presidente pide que la Asamblea de la República clarifique si se exige ‘enfermedad fatal’, si sólo ‘incurable’ o sólo ‘grave», señala el comunicado.
Por otro lado, Rebelo de Sousa defiende que dejar de exigir que haya una «enfermedad fatal» supone un «cambio considerable de ponderación de los valores de la vida y de la libre autodeterminación», por lo que pide al Parlamento que reconsidere esta alteración entre las dos versiones de la norma.
La nueva ley de la eutanasia fue aprobada con los votos a favor de gran parte de los diputados del Partido Socialista (7 votaron en contra), del Bloco de Esquerda, del animalista PAN, de Los Verdes (PEV) y de Iniciativa Liberal, así como de 13 parlamentarios del PSD (centroderecha) y de dos diputadas no inscritas.
One of Us apoya esta valiente y nueva toma de posición del Presidente de Portugal que, sin duda, ha apostado por la mejor defensa de los ciudadanos portugueses en situaciones de debilidad extrema o enfermedad.