La muerte de cualquier ser humano siempre es digna, pues la dignidad es intrínseca a la naturaleza humana.
El Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia considera que “la muerte de Vicent Lambert tras retirarle la hidratación y la alimentación es un acto objetivamente eutanásico, ya que, aunque padecía graves lesiones cerebrales, no estaba en coma ni en fase terminal”.
El enfermero francés, en estado vegetativo desde 2008, falleció tras permanecer nueve días sin hidratación y nutrición, como consecuencia de la decisión que tomó la justicia francesa tras considerar que mantenerle con vida podría considerarse obstinación terapéutica.