Hoy, muchos están (finalmente) hablando sobre el problema de las tasas de natalidad más bajas y la necesidad de aumentar la natalidad. ¡Pero los primeros protagonistas de la elección de tener hijos son los jóvenes! Es con ellos que necesitamos entablar un diálogo para entender si quieren generar nuevas vidas y cuáles son las dificultades que encuentran.
Eso es lo que promete el encuentro público «El futuro es joven… pero ¿los jóvenes todavía tienen ganas de generar vida?» que tendrá lugar el 18 de octubre en la sala Pia de la universidad LUMSA de Roma.
En este encuentro hablarán varios expertos y se dará un amplio espacio a los jóvenes para que se pronuncien sobre el tema. Pero ya se pueden desarrollar algunos elementos de reflexión a partir de las numerosas investigaciones sobre el tema así como de los testimonios de nuevas madres publicados en la página social de la Red por el Día de la Vida Naciente, organizadora del evento https://www.facebook com/giornatavitanascente.
Las encuestas realizadas en los últimos años arrojan resultados contradictorios: todas indican que el deseo de tener hijos está disminuyendo, pero con variaciones importantes: Eurispes (2020 – target 18-30 años) informa que el 70,5% de los entrevistados cree que tener hijos es una prioridad en la vida; también el estudio BVA DOXA y el Observatorio de las Familias Contemporáneas (2021 – 25-40 años) indican que el 74% de los jóvenes quiere tener hijos en un futuro próximo; por el contrario, para el estudio Fundación Donat Cattin – instituto de encuestas Noto Sondaggi (2021 – 18-20 años) el 51% de los adolescentes no se imaginan como padres; y el estudio Swg (2020 – 25-44 años) dice que solo el 57% está de acuerdo con la afirmación de que «sin un hijo, la vida de una persona está incompleta».
Así, incluso en un clima ciertamente no favorable, hay un deseo de traer niños al mundo que se resiste, frente a un número creciente de jóvenes que en cambio creen que pueden realizarse incluso sin ocuparse de nuevas vidas. Y es comprensible, los mensajes que vienen de la sociedad no son alentadores: para la cultura italiana actual (y en general para la europea), más allá de las declaraciones de principios, la elección de tener un hijo es esencialmente individual, no hay mejora social; por el contrario, los obstáculos en el camino son cada vez mayores, basta pensar en la precariedad del trabajo y al mismo tiempo la propia organización del trabajo que es poco flexible, lo que obstaculiza principalmente a las mujeres.
Pero también el predominio de relaciones inestables, que no dan garantías para el futuro del niño, y de una cultura narcisista, en la que el yo está en el centro y no hay espacio para acoger a otro que te pide «bajar». del pedestal». Y finalmente, como lo señalan los propios jóvenes, la falta de apoyo institucional constante, cierto y duradero, lo cual es una señal de que el Estado, el Municipio… reconocen que tener hijos es un bien preciado.
Por otro lado, hay un gran porcentaje de jóvenes que se resisten y siguen queriendo tener hijos. ¿Porque? ¿Qué los anima? La encuesta BVA DOXA-Contemporary Families Observatory mencionada anteriormente también trató de investigar este aspecto; se deduce que los motivos principales son el deseo de formar una familia y el deseo de maternidad/paternidad. Además, para el 52% de los entrevistados, los niños representan un enriquecimiento, la mayor alegría. Menos son los que creen que tener hijos es importante para el futuro.
En definitiva, detrás de la apertura generacional hay un deseo de felicidad y de realización de la vida, mientras que quienes no quieren tener hijos han desistido, motivados por las muchas preocupaciones a nivel personal y social así como por las muchas obstáculos en el camino. A estas consideraciones, las madres que nos aportaron su experiencia añaden otra: la apertura a la vida se facilita con una actitud de «ligereza», de tranquilidad interior ante los múltiples desafíos de la vida: «No me sentía preparada para ser madre , pero teníamos una buena dosis de despreocupación y nos lanzamos a esta aventura”, cuenta Susanna, mientras que Anna cuenta que otras mujeres “tienen muchas ganas de ser madres pero les aterra tener que hacerse cargo de un hijo, se sienten inadecuadas, insuficientes y temen un mil peligros y miedos”.
Las instituciones son las primeras que tienen que dar señales para fortalecer las motivaciones de apertura a la vida y ayudar a eliminar los numerosos obstáculos. Ante la desastrosa situación de los nacimientos, que tanto daño ya está causando a nuestro país y traerá muchos más, la clase política no puede quedarse más tiempo y no puede limitarse a dar el apoyo económico necesario, sino que también debe decir claramente: «¡Nos interesa que los jóvenes elijan ser padres!»
La Red que organiza el encuentro tiene su propia propuesta: establecer un Día de la Vida naciente en Italia, como ya sucede en otros 11 países del mundo, para decir que ser padres es hermoso, que te hace feliz, que cada nueva vida es una maravilla que merece ser conocida y amada.
Precisamente en los días en que las nuevas Cámaras inician su actividad en Italia, este encuentro propone a los recién elegidos poner en la agenda una pequeña pero significativa propuesta para revertir el rumbo, para relanzar una bella y desafiante propuesta a los jóvenes que responda a sus más profundos deseos. Ojalá se extienda este diálogo y propuestas a los países europeos.