De tres meses a un año para quienes «acosen» o «intimiden» a las mujeres que deseen abortar. Así lo prevé una nueva ley aprobada en España. Según Ana Del Pino, coordinadora de la Federación Europea One of Us, “el objetivo es eliminar cualquier acción que ponga en riesgo el negocio del aborto”
El pasado 14 de abril entró en vigor en España una ley -aprobada por el Senado con 154 votos a favor y 105 en contra- que castiga con penas de prisión de tres meses a un año a quien “obstaculice el derecho” al aborto de una mujer “con acoso , actos ofensivos, intimidatorios o coercitivos que lesionen su libertad”, o intimidar a los trabajadores de la salud que trabajan en estructuras donde se practica la interrupción voluntaria del embarazo. “Es la primacía de los negocios sobre la vida”, dice Ana Del Pino, coordinadora ejecutiva de la Federación Europea One of Us. en su entrevista con SIR.
¿Qué es exactamente eso de “acosar o intimidar” a las mujeres o profesionales de la salud que trabajan en los centros de salud donde se practica la interrupción del embarazo? ¿Ha pasado esto alguna vez en España? No hay ninguna especificación sobre tal «acoso o intimidación». No hay ningún caso de tal denuncia. Simplemente ha sido una forma de justificar una ley que penaliza a los pro-vida que se reúnen pacíficamente frente a los centros abortivos para orar o ayudar a aquellas mujeres que libre y voluntariamente quieren recibir información sobre la posibilidad de ayudarlas en un momento de aviso de embarazo en situación difícil. Una cosa es rezar frente a las clínicas, otra cosa es acosar o molestar. El concepto puede interpretarse de forma subjetiva o incluso arbitraria.
¿No hay riesgo de pasar por acciones que no son intimidantes? La convicción absoluta es que la sanción prevista por esta ley es únicamente la de eliminar el libre ejercicio de la libertad de manifestación, expresión y más aún, de creencias. No hay ningún caso de denuncia y es simplemente que las mujeres que acuden a estos centros no pueden tener ayuda si no están convencidas de abortar.
Es una privación de los derechos y libertades no solo de los grupos pro-vida, sino también de las mujeres a su derecho a la información.
El riesgo cierto es la penalización de determinados grupos de personas en el ejercicio de su libertad.
¿Puede ser esta ley una forma de amordazar a quienes defienden la vida desde la concepción? No nos cabe duda que se trata de eliminar cualquier acción a nivel de la sociedad civil que pueda poner en riesgo el negocio del aborto. Se trata de eliminar al disidente.
¿Un ataque a la libertad de expresión y manifestación? Por supuesto, esta ley supone una limitación al derecho a la libre expresión de las personas que piensan que el aborto es una tragedia y que piensan que la sociedad debe brindar apoyo y ayuda a las mujeres en su maternidad. Es un ataque a la democracia.
¿Qué tipo de cultura expresa esta ley? Es una clara expresión de la cultura de la muerte y sobre todo de la primacía de los negocios sobre la vida. Esta ley protege a los centros que reciben dinero para acabar con vidas. Es anticultura, es vida por el dinero
Como Federación Europea One of Us, ¿está pensando en tomar alguna medida? ¿Cuáles son tus pasos? Estamos realizando manifestaciones en España y coordinando acciones de apoyo legal a personas que ayudan a mujeres embarazadas. El próximo 7 de mayo celebramos en Bruselas la Convención ONE OF US sobre el futuro de Europa y denunciaremos este atentado contra la libertad. Animamos a todos los seguidores de One of Us a unirse a nosotros en este evento en Bruselas y mostrar que hay una sociedad que apoya y defiende la vida en Europa. Las declaraciones de Macron sobre la inclusión del aborto como si fuera un derecho en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea es también un ataque directo a la vida.
Todos los europeos deben movilizarse para detener este tsunami de muerte.